Y cuando el sol anunciaba el nacimiento de un nuevo día, Dios se reunió con sus doce amados hijos y sembró en cada uno de ellos la semilla de la vida humana. Uno por uno, se fueron acercando al Padre para recibir su regalo. A ti, Aries, te doy mi semilla. siémbrala. Cada semilla que siembres se te reproducirá en miles y miles más. La semilla crecerá y dará frutos, más no tendrás tiempo de verlo, porque todo lo que tú siembras, crea nuevas semillas que se h an de propagar. Tú serás el primero en introducir mi Idea en la mente del Hombre, pero no te corresponde a ti nutrir la idea ni discutirla. Tu vida es Acción, y la única acción que te e ncomiendo es empezar a hacer Consciente al hombre de mi Creación. Para ello, te doy la virtud de la Apreciación. Quietamente, Aries regresó a su lugar. A ti, Tauro, te doy el Poder de construir, haz que la semilla se transforme en substancia. Tu labor es muy grand e y requiere paciencia. Tendrás que termi n ar todo lo que ha si
Casa de humanismo, conocimiento, consciencia y servicio abierta a los seres de todo el mundo y todos los tiempos con misión unificadora y visión universal.