“…Me gustaría hablar un poco de los métodos que puedes utilizar para liberarte de la visión estrecha y del miedo, y para tener una gran compasión. Consisten en la contemplación de la interdependencia, la impermanencia y la compasión. Mientras estás sentado en meditación observando tu mente, puedes concentrarte en contemplar la naturaleza interdependiente de determinados objetos. Esta meditación no es una reflexión discursiva sobre la filosofía de la interdependencia, sino la mente penetrando en la propia mente, utilizando el poder de la concentración para revelar la verdadera naturaleza del objeto que está contemplando. Acuérdate de una sencilla y antigua verdad: el conocedor no puede existir independientemente de lo conocido. Ver es ver algo. Oír es oír algo. Estar enojado es estar enojado por algo. Esperar es esperar algo. Pensar es pensar en algo. Cuando lo conocido (el algo) no está presente, no puede haber un conocedor. El practicante al meditar en la mente de ese modo puede ver la interdependencia del conocedor y de lo conocido. Al ser conscientes de la respiración, la conciencia de la respiración es mente. Al ser conscientes del cuerpo, la conciencia del cuerpo es mente. Al ser conscientes de los objetos externos, la conciencia de los objetos externos también es mente. Por tanto, la contemplación de la naturaleza de la interdependencia de todos los objetos es también la contemplación de la mente. Cada objeto de la mente es en sí mismo mente. En el budismo los objetos de la mente se denominan los dharmas. Los dharmas suelen dividirse en cinco clases:
1. Forma corporal y
física.
2. Sensaciones.
3.Percepciones.
4. Tendencias
mentales.
5.Conciencia.
Estas cinco clases
se llaman los cinco agregados.
La quinta, la
conciencia, contiene a las otras y es la base de su existencia”…
La liberación del
sufrimiento.
“…Normalmente solemos dividir la realidad en compartimentos, por eso no podemos ver la interdependencia de todos los fenómenos. Ver la unidad en la multiplicidad y la multiplicidad en la unidad es traspasar la gran barrera que limita nuestra percepción de la realidad, una barrera que en el budismo se lama el apego a la falsa idea del yo. El apego a la falsa idea del yo significa creer en la presencia de unas entidades inmutables que existen por sí mismas. Trascender esta falsa visión es liberarse de cualquier clase de miedo, sufrimiento y ansiedad. Cuando la bodi-sattva Quan the Am, que ha sido una increíble fuente de inspiración para los activistas por la paz en Vietnam, vio la realidad de los cinco agregados que creaban la vacuidad del Yo, se liberó de cualquier clase de sufrimiento, dolor, dudas e ira. Y lo mismo nos ocurriría a todos nosotros. Si contempláramos los cinco agregados con tenacidad y diligencia, también nos liberaríamos del sufrimiento, el miedo y el terror.
Tenemos que apartar todas las barreras para poder vivir formando parte de la vida universal. Una persona no es una entidad independiente viajando por el tiempo y el espacio sin ser afectada por cuanto la rodea como si estuviera aislada del resto del mundo por un grueso caparazón. Vivir durante 100 o 100,000 vidas de ese modo no sólo no es vivir, sino que además es imposible. En nuestra vida están presentes una multitud de fenómenos, al igual que nosotros estamos presentes en muchos distintos fenómenos. Somos vida, y la vida es ilimitada. Quizá pueda decirse que sólo estamos vi- vos cuando vivimos la vida del mundo y, por tanto, las penas y las alegrías de los demás. Su sufrimiento es nuestro propio sufrimiento y su felicidad es nuestra propia felicidad. Si nuestra vida es ilimitada, el grupo de los cinco agregados de los que estamos constituidos también es ilimitado.El carácter impermanente del universo, los éxitos y los fracasos de la vida ya no pueden manipularnos. Al haber visto la realidad de la interdependencia y haberla penetrado en toda su profundidad, ya nada puede oprimirte. Te has liberado. Siéntate en la postura del loto, observa la respiración y pregúntaselo a alguien que haya dado su vida por los demás. Practica la meditación sobre la interdependencia constantemente, no sólo cuando medites sentado, sino también mientras estés llevando a cabo cualquier tarea cotidiana. Debes aprender a ver que la persona que tienes frente a ti es tú y que tú eres esa persona. Debes ser capaz de ver el proceso de la interoriginación y de la interdependencia de todos los fenómenos, tanto de los que están ocurriendo como de los que ocurrirán".
"El milagro del mindfulnees, Thich Nhat Hanh, 2014,
Ediciones Culturales Paidós SA de CV, 162 pp".
El milagro del mindfulness era en principio una larga carta escrita en vietnamita al hermano Quang, uno de los miembros principales del equipo del a Escuela de la Juventud para el Servicio Social establecida en el sur de Vietnam en 1974.
Thich Nhat Hanh, durante la guerra de Vietnam, trabajó incansablemente por la reconciliación de Vietnam del Norte y Vietnam del Sur, en vida, Nath Hanh fue un erudito monje vietnamita, poeta y activista por los derechos humanos, uno de los principales impulsores del budismo zen en Occidente y uno de los líderes espirituales más importantes de nuestro tiempo.
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