10 NO DE UNA PERSONA ESPIRITUAL.
1. No es estar elevado por sobre el resto del mundo.
2. No es estar recluido en una montaña meditando todo el día.
3. No sólo es hacer tareas caritativas como lo hicieron la Madre Teresa y tantas otras personas alrededor del mundo.
4. No tiene que ver con un enfoque de cuestiones religiosas, la misión espiritual es innata a la condición humana.
5. No perderse en proyecciones negativas que del planeta dan. Muchas veces el desafío en esta tierra será el balance que de todo encuentres como secreto de la felicidad.
6. No perderme en el devenir de la vida. Ser feliz en el presente de manera gozosa, plena y lo más conectado posible con el ser interno que todos tenemos.
7. No hacer juicios sobre el significado de cada una de las experiencias que experimento, incluso de aquellas que me puedan resultar dolorosas o desafiantes. Se trata de la gran posibilidad de resignificar y dar vuelta a mis experiencias.
8. No es exclusivo de un dogma o una iglesia, se trata de nuestra posibilidad de vivir tranquilamente, una vida en paz, en conciencia y en conexión con nuestro gran espíritu.
9. No me sentiré separado del mundo. Gran parte del desafío de ser espiritual está en practicar en cada sitio donde haga contacto la misión con la que vine a este mundo: cumplir de manera consciente con cada uno los distintos roles, funciones y trabajos que me son encomendados o que a lo largo de mi vida van apareciendo.
10. No seguir este texto de manera textual, sino permitirme desarrollar mi propia práctica. Nuestra esencia, nuestra alma, es en sí misma espiritual, porque desde el momento en que nacemos permite a cada persona darse a conocer de una manera única e irrepetible. Eso está dentro del universo de lo que verdaderamente somos: la dimensión de nuestro espíritu, de nuestra alma. Por eso somos espirituales en esencia.
Texto: Hada Tejbir
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